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PAUTAS HIPER REACTIVIDAD TACTIL Y AUDITIVA


El sentido del tacto es uno de los sentidos más importantes del organismo y uno de los que antes se desarrolla en el ser humano. La piel es el órgano sensorial para el tacto. A través de ella discriminamos cuatro tipos de sensaciones: frío, calor, dolor y contacto.


Este sistema táctil nos ofrece protección, ya que nos avisa de estímulos potencialmente nocivos a los que podemos responder haciendo los movimientos adecuados cuando aumenta nuestro nivel de alerta, por ejemplo, cuando retiramos la mano de algo que quema.


Por otro lado, un correcto funcionamiento del sistema táctil hará que nuestro desarrollo cognitivo sea el adecuado ya que interviene en el esquema del espacio y del tiempo que tiene nuestro cerebro cuando experimenta nuevos aprendizajes.


Además, nos proporciona información sobre el medio ambiente, sobre el propio cuerpo, y nos facilita crear un adecuado esquema corporal. Interviene, también, en el correcto funcionamiento del desarrollo de la motricidad fina, de la coordinación de los movimientos del cuerpo y del planeamiento motor.


Básicamente existen dos tipos de alteraciones sensoriales relacionadas con el tacto: hiporrespuesta al tacto o hiperrespuesta al tacto. Los niños hiporesponsivos son muy buscadores de sensaciones, y los hiperresponivos, evitadores.


¿Cómo podemos detectar estas alteraciones?


Pues bien, cuando existe una hiperrespuesta al tacto, es decir tenemos un niño hiperresponsivo, nos daremos cuenta de que por ejemplo, aunque haga calor, quiere llevar manga larga, le dan asco las texturas pegajosas, evita ponerse en cola cerca de sus compañeros o en un cumpleaños, es reacio al contacto físico, no le gusta que le laven la cara o el pelo, se siente amenazado cuando no se espera que lo toque nadie y lo sorprenden con contacto, etc.


Algunas actividades generales que pueden ayudar a estos niños a alcanzar regulación sensorial de manera general son:


  • Crear una caja de texturas, e ir exponiéndolos poco a poco a los estímulos, sin forzar, jugar a guardar las texturas en la caja, etc.

  • Hacer cajas con legumbres, arroz, fideos, esconder juguetes pequeños dentro de la caja a los que hay que rescatar.

  • En una tapa de caja de zapatos crear un arenero, con una fina capa de arena y jugar a dibujar letras u objetos sencillos

  • En un mantel impermeable jugar a dibujar letras en una fina capa de espuma de afeitar.

  • Ejercer masajes con masajeadores con vibración por todo el cuerpo.

¿Cómo podemos saber si nuestro hijo podría presentar hipersensibilidad auditiva?


Estas son algunas señales:


  • No soporta los ruidos fuertes.

  • Se cubre los oídos cuando escucha la aspiradora.

  • Se molesta cuando le cantas.

  • Sale corriendo del baño al escuchar el secador de manos.

  • Se distrae con sonidos que los demás no suelen notar (zumbidos de luces, ventiladores, el tic-tac del reloj, ruidos del exterior…)

  • Pide frecuentemente que haya silencio, que se calle a quien está hablando, o que dejen de hacer ruido.

  • Exige que se hable de uno en uno.

  • Tararea para bloquear los ruidos indeseados, percibiendo su tarareo como “seguro” ya que es él/ella quien lo controla.

  • Rechaza ir al cine, centros comerciales, conciertos… ya que son ambientes ruidosos, ecoicos e impredecibles.

  • Conductas violentas ante un entorno muy cargado de estimulación auditiva o sonidos estridentes inesperados.

Entonces, ¿qué podemos hacer para que un espacio como el colegio o aula sea accesible para un niño con hipersensibilidad auditiva? Aquí dejo algunas estrategias:


  • Poner almohadillas protectoras en las patas de las sillas y mesas (de fieltro, silicona, pelotas de tenis…)

  • Colocar alfombras o moquetas.

  • Anticiparle cuando se acerquen a un lugar o situación donde vaya a haber más ruido (con horarios visuales o PECS, por ejemplo).

  • Cerrar puertas y ventanas.

  • Poner cortinas gruesas en las ventanas.

  • Sentarlo en un sitio alejado de la ventana o de otros ruidos.

  • Uso de cascos aislantes o reproductor de MP3.

  • Tener un “rincón de la calma” en el aula al que pueda acudir cuando sienta que lo necesita o que se le pida que vaya si se detecta que está abrumado.

  • Reducir el ruido de fondo.

  • Pedir al niño que repita las instrucciones en voz alta. También puede ser útil que tenga un apoyo visual como PECS o la pizarra con las instrucciones.

  • El uso de protectores auditivos durante el tiempo de trabajo puede limitar la entrada de estímulos auditivos que le confundan.

Entender la conducta evitativa/defensiva debido a una hiper reactividad táctil y auditiva


Los niños con patrón evitativo necesitan mucha estructura en su día a día, porque les proporciona experiencias sensoriales previsibles.

Necesitan entornos con entradas sensoriales limitadas y predecibles, ya que, la gran cantidad de estimulación táctil y auditiva (como puede ser en un patio de colegio) les sobrecarga y pueden aparecer conductas evitativas pasivas o activas.


  • Conductas evitativas pasivas: el niño recibe la información de manera abrupta, puede sentir dolor, frustración y saturación y ante ello su respuesta es la de la huida, aislamiento o silencio.

  • Conductas evitativas activas: el niño recibe la información de manera abrupta, puede sentir dolor, frustración y saturación y ante ello su respuesta es el llanto, los gritos, la heteroagresión…

Ambas son conductas con distinta forma, pero con la misma función, hacer que se detenga la cantidad de información ambiental por cantidad o por novedad.

Normalmente son niños a los que se les describe como retraídos o nerviosos (ambas estrategias permiten evitar tener que hacer frente a una actividad nueva). Son niños que necesitan seguir un ritual con el fin de reproducir siempre la misma secuencia evitando así actividades nuevas.


Los niños evitativos se encuentran muy bien en entornos aislados, con puertas y ventanas cerradas, luces tenues y poca estimulación auditiva, se deben proporcionar secuencias estructuras y anticipadas y espacios de “huida” sensorial donde el niño se sienta seguro.

Son niños que en el ámbito social quieren interactuar con sus iguales pero, la dificultad de modular la información táctil y auditiva, hacen que cada juego social espontáneo sea todo un reto para ellos, pudiendo ver conductas agresivas hacia sus compañeros, o bien con el fin de controlar la estimulación ambiental o bien como una frustración propia proyectada hacia ellos.


JOANA GRAMAGE TORMO

TERAPEUTA OCUPACIONAL CV266

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